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Viaje Organizado

Viaje Organizado

El desarrollo psocológico es un viaje organizado genéticamente y culturalmente, que llevamos a cabo con el asosoramiento y encompañía de otros, aunque en último término cada uno haga un viaje personal e irrepetible (Mariana Miras, 1991)

 

El ser humano es un ser social y complejo; parte de esa complejidad procede precisamente de la cualidad de ser social, del hecho de que nacemos y nos desarrollamos inmersos en una cultura y a través de las interrelaciones con los otros y con el entorno. De esta manera, en la interacción social, es como vamos recreando, reinterpretando y descubriendo, dando un sentido personal e irrepetible al mundo desde la experiencia.

La diferencia con otras especies es que en nuestro caso la educación es intencional, y que trasciende la biológico impregnándose de matices culturales, sociales, familiares... que contribuyen a organizar y representar el mundo físico y social (Kim y Choi, 1994). Ya en mi primer trabajo para esta asignatura destaqué la importancia de los factores individuales de la teoría psicosocial y del constructivismo que hacen que cada proceso educativo y que el desarrollo sea único como apunta Mariana Miras en el encabezamiento de esta página, y que destaca la actividad y la interacción como motor del conocimiento, por ello ahora me gustaría centrarme más en las aspectos ecológicos y sistémicos para analizar con mayor profundidad las relaciones que se dan en el interior del sistema familiar y de éste con el de la escuela, como principales sistemas de desarrollo y socialización.

La familia constituye un sistema complejo de relaciones formado por diferentes microsistemas que están integrados en ella, y en los que cada individuo representa a la vez diferentes papeles dependiendo de grupo en el que nos fijemos, así una persona puede ser a la vez padre y esposo o hijo y hermano. Pero este sistema de relaciones no es estanco ni estático, pues a lo largo del tiempo a la par que los individuos cambian, se modifican también las relaciones entre ellos. A demás de estar afectada por el desarrollo individual de sus miembros, la familia también está sometida a las presiones de los cambios que se producen en su entorno, (mesosistema, exosistema y macrosistema) a los que se tiene que adaptar.

 

Por lo tanto la familia no es solo un contexto de desarrollo para los hijos, sino que lo es para todos sus miembros, (que en ocasiones pertenecen a tres o cuatro generaciones diferentes) que afrontan las transiciones vitales de cada uno desde unos fondos de conocimiento propios que también van cambiando en la interacción a lo largo de la vida.

En esta red de relaciones personales el apego y lo afectivo tienen un papel muy desatacado, pues contribuyen a compensar el estrés que puede producir los cambios y aporta apoyo, seguridad y continuidad transgeneracional.

En este marco es donde se inicia la socialización de los menores, se organizan las actividades y se procuran las experiencias y los entornos potenciales en los que el niño se va a desarrollar. Pero esta apertura al mundo se hace por parte de los adultos de la familia de una forma concreta desde unas representaciones, valores y formas de entender el mundo y la educación particulares en los que se basan para dar coherencia a su actividad educativa. Este modelo de conocimiento puede funcionar como mediador entre la situación y la conducta que el adulto desarrolla o puede ser más un modelo o guía desde el que actuar y también con el que evaluar las actuaciones. (Palacios y Rodrigo,1998)

Pero la familia no es el único lugar en el que se desarrolla el menor, la escuela es también un contexto en el que se produce aprendizaje y desarrollo, pero existen diferencias con los que se producen en la familia. En la familia tanto el tiempo como el entorno y las actividades de aprendizaje son espontáneas, más naturales, no están muy estructuradas y dependen en mayor medida del contexto, de la relación personal y de la interacción afectiva entre niños y adultos. En la escuela sin embargo, las actividades, los tiempos y el entorno están más definidos y dirigidos, las situaciones donde se produce el aprendizaje son deliberadas, el tiempo y el espacio son compartidos con otras personas con las que no existe un vinculo afectivo.

A demás de estas diferencias en la estructuración de la tarea también la escuela afronta la tarea educativa desde una visión de la educación, una selección de contenidos que supone relevantes y unos valores propios, como institución. Esto a su vez se complica si pensamos que la escuela es también un microsistema formado por un grupo extenso de adultos y niños con múltiples relaciones entre ellos, y que aportan a la comunidad su particularidad. Por ello es necesario que exista una continuidad entre familia y escuela en ciertos valores y criterios educativos que permitan que el menor desarrolle su identidad social y cultural y que a su vez posibilite una intervención complementaria y coherente en ambos contextos.

 

La familia a través de la organización de las rutinas de la vida cotidiana, la estimulación de los niños y la motivación por el aprendizaje (que parte de unas expectativas ajustadas de las capacidades del niño) y la relación con la escuela puede mejorar el desempeño escolar del menor y favorecer una percepción positiva de este nuevo contexto.

Por otra parte es necesario que el profesorado conozca a sus alumnos, las familias y los entornos de los que procede y tenga acceso a sus fondos de conocimiento y tenerlos en cuenta para ajustar su practica educativa, y que la familia conozca y valore las posibilidades que aporta la escuela, como entorno protegido en el que probar y desarrollar diferentes roles sociales y como entorno de desarrollo personal para que se establezca una buena relación y una cooperación real. Pero para ello primero es necesario disponer las condiciones para que pueda iniciarse el camino quelleve a una colaboración suficientemente amplia.

 

La escuela como sistama "vivo" también se enfrenta a los rápidos combiosque se producen en la sociedad postmoderna, los diferentes tipos de agrupamiento familiar, el número creciente de alumnos extranjeros, el desarrollo y globalización de la tecnología... que suponene un desajuste entre la forma en que tradicionalmente se hanproducido los procesos de enseñanza aprendizaje y las necesidades de la sociedad acual. Es necesario organizar el sistema de modo que permita dar atención individualizada a la diversidad de alumnos y sutiacioens especiales de éstos a las que la escuela tiene que atender desde la universalización de la educación, acercándnos los contenidos a la realidad cotidiana, pero sin sobrecargar a los profesionales y sin depender de la voluntariedad individual del profesorado, dando cabida también a la participación de las familias.


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