El Reto del Currículum
Yo trabajo en un centro de protección de menores con niños que, por diferentes situaciones y circunstancias, no viven con sus familias. Aunque desde el equipo educativo siempre hemos puesto especial interés en la finalidad de nuestra intervención educativa, ya que consideramos que es la única manera de realizar un trabajo válido y consecuente con la función de protección, hasta el debate del otro día nunca había pensado que el currículum tuviera que ver con lo que yo hacía.
Aunque al estudiar la carrera si se habla de los diferentes tipos de currículum existentes, el explicito, el oculto, lo que queremos enseñar y lo que enseñamos sin ser conscientes, no relacionaba estos conceptos con criterios generales, con la intencionalidad con que se afronta el reto de educar, educar, no enseñar.
Durante mi vida académica he percibido las instituciones educativas (colegio, instituto e universidad) como lugares en los que se enseña unos conocimientos técnicos sobre diferentes materias con el propósito de mejorar la capacitación del alumno para su futura vida laboral. Esta experiencia está tan alejada de mi labor educativa actual que al principio me era un poco complicado conectar ambos mundos.
Quizá en la educación formal se ha olvidado un poco el objetivo de EDUCAR perdido en las exigencias de temarios, contenidos, suficiencias y niveles en la formación académica de los alumnos.
Me impactó mucho el comentario de Leonor sobre prescindir de las calificaciones durante la educación obligatoria y centrarnos en el proceso de aprendizaje y de desarrollo de los alumnos, ya que es durante este periodo cuando podemos fomentar el placer por el conocimiento y por el propio progreso sin tener que competir con los compañeros por obtener una titulación o un trabajo. Es cierto que esta forma de entender la escuela o la educción obligatoria entra en conflicto con el modo de vida competitivo que llevamos en las sociedades occidentales. Creo que formar a los alumnos desde una perspectiva humanista y desde los valores de cooperación, autosuperación, toma de decisiones, curiosidad, diversidad, espíritu crítico e interés por el conocimiento es abrir un camino hacia la felicidad personal y no entra en conflicto con la sociedad científica o competitiva, si plantea conflictos (entendidos como retos) a los educadores, pero también para ellos, para nosotros, posibilita la autonomía y la realizació personal a través del ejercico profesional, supone enfrentarse al fracaso y al desánimo, pero desde el desarrollo humano de una profesión que es un arte, la Educación.
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Leonor -